CONCLUSIONES SOBRE EL CONFLICTO COLOMBIANO
La investigación llevada a cabo por los estudiantes de noveno grado, basada en una serie de encuestas realizadas a los padres de familia sobre el impacto que la tecnología ha tenido en el conflicto armado colombiano, pone de manifiesto una percepción compartida sobre el rol dual y complejo que la tecnología ha jugado en este contexto histórico. Según los resultados obtenidos, los padres perciben que la tecnología ha sido una herramienta que ha ofrecido tanto oportunidades como desafíos, lo que ha generado consecuencias tanto positivas como negativas dentro del marco del conflicto.
Por un lado, los avances tecnológicos han sido fundamentales para mejorar la comunicación entre diferentes actores, facilitar el acceso a información valiosa y crucial, y documentar de manera más eficiente las violaciones de derechos humanos que se han producido a lo largo de los años de conflicto. Estas tecnologías han permitido que los crímenes y abusos cometidos durante el conflicto armado sean visibilizados tanto a nivel nacional como internacional, lo que ha contribuido a generar conciencia global sobre la magnitud del conflicto en Colombia. Además, el uso de plataformas tecnológicas ha jugado un papel clave en el fomento de la denuncia pública, permitiendo a las víctimas y a las organizaciones de derechos humanos presentar pruebas de las violaciones y buscar justicia.
En este sentido, las herramientas digitales han permitido la apertura de espacios virtuales para la reflexión, el diálogo y la construcción de propuestas de reconciliación, lo que ha sido esencial en la promoción de procesos de paz. Las plataformas digitales, las redes sociales y otros medios de comunicación han favorecido la sensibilización de la sociedad civil y han permitido la difusión de mensajes de paz, facilitando la participación de múltiples sectores de la sociedad en los esfuerzos por construir una Colombia más pacífica y equitativa.
Sin embargo, los padres de familia también señalaron que la tecnología no ha sido utilizada únicamente con fines positivos. Entre los aspectos negativos mencionados, destaca el hecho de que las redes sociales y otras herramientas digitales han sido empleadas por actores armados y grupos ilegales para difundir propaganda violenta, incitar a la violencia y llevar a cabo el reclutamiento de menores, aprovechando la facilidad de acceso que estas plataformas proporcionan. Estos grupos han utilizado las redes sociales para difundir mensajes de odio, generar miedo y desinformación, y manipular a sectores vulnerables de la población, especialmente a jóvenes, con el fin de atraerlos a sus filas.
Asimismo, otro de los aspectos negativos destacados por los padres es la proliferación de la desinformación. A través de la tecnología, se han distribuido mensajes falsos y noticias manipuladas, lo que ha contribuido a la polarización y a la desconfianza entre diferentes sectores de la sociedad. Esta desinformación ha tenido un impacto significativo en el desarrollo del conflicto, dificultando la construcción de un relato unificado y entorpeciendo los esfuerzos por avanzar hacia la reconciliación y la paz.
En resumen, la investigación refleja que la tecnología ha sido un arma de doble filo en el conflicto armado colombiano. Mientras que ha servido como un medio para visibilizar el conflicto, facilitar la denuncia y promover la paz, también ha sido aprovechada por actores violentos para difundir mensajes de odio, manipular a la población y perpetuar el ciclo de violencia. Los resultados del estudio sugieren la necesidad de una reflexión profunda sobre el uso responsable de la tecnología, especialmente en contextos de conflicto, y sobre cómo maximizar sus beneficios mientras se mitigan sus efectos negativo
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